Los origenes del cine tienen lugar el 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Louis y Auguste Lumière realizaron la primera proyección pública de imágenes en movimiento. Los Lumière habían inventado lo que muchos han calificado como la fábrica de los sueños mientras que para muchos otros es una fábrica, sí, pero de hacer dinero.


Se inició en el mundo del espectáculo en el teatro, sin mucho éxito. A propuesta de un amigo, vendió algunas de sus ideas a la joven industria cinematográfica y concretamente a E.
Porter, director de la Edison Film Company, y a la Biograph Company, empresa para la que trabajó durante cinco años. Para ella dirigió más de cuatrocientas películas de un rollo, y sometió su técnica a un perfeccionamiento constante que lo llevaría a ser considerado el padre de la sintaxis cinematográfica moderna. Introdujo, entre otros recursos, los planos cortos, los paisajísticos de larga duración y los fade-in y fade-out, así como los rodajes realizados en lugares diferentes y su adecuada combinación para crear sensación de simultaneidad. Tras dejar Biograph, fue contratado por Mutual Films, para la cual produciría dos películas que le dieron un puesto en la historia. La primera, El nacimiento de una nación (1915), revolucionó el incipiente arte de la cinematografía. Sus técnicas innovadoras suscitaron la admiración del público, que acudió en masa a las salas, de modo que el filme se convirtió en la película más taquillera hasta entonces. Sin embargo, sus planteamientos racistas le valieron numerosas condenas, así como la censura de la obra en muchas ciudades, entre ellas Nueva York.
Intolerancia (1916) fue su siguiente gran película; considerada por muchos críticos la culminación artística del cine mudo, la cinta es una apología contra la censura. En ella invirtió -y en buena parte, perdió- las ganancias obtenidas en su éxito anterior.
Fue fundador junto con Ch. Chaplin y M. Pickford (actriz a quien él mismo descubrió) de la United Artists.
El Acorazado Potemkin es una película que conmemora el fallido levantamiento de 1905, sin embargo las restricciones técnicas significaron que solo un aspecto de la revuelta –el motín del Potemkin- fue finalmente abordado. Un importante debate sobre la veracidad histórica del tratamiento fue llevado a cabo, y aunque esta refutación del mito buscaba negar que la película tuviera mucha relación con lo que realmente había sucedido, un serio examen sobre el histórico incidente solo fue capaz de establecer que existe confusión sobre lo que realmente ocurrió. En general, sin embargo, hay mas semejanzas que diferencias entre lo que se acepto como la historia oficial y el tratamiento que le dio Eisenstein al hecho.

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